Tomado de invasor.cu
Cuando las rachas de Irma dejaron amanecer en Ciego de Ávila al 9 de septiembre, miles de sus habitantes tasaron la debacle con nitidez. Y aunque “ver los cielos abiertos” era hasta entonces una expresión de buenaventura, desde ese instante no lo fue más: habían perdido sus techos. Al otro día, Raúl repitió en un mensaje que la Revolución no dejaría a nadie desamparado, pero el amparo no se ha traducido en un solo “idioma”. Hoy la ayuda intenta restituir el pasado y devolverle a “cielo abierto” su acepción antigua, paradójicamente, con un techo