La maga del pan

A los 10 años descubrí que mi mamá era maga. Era 1993 y, en un abracadabra, el Período Especial (que también fue ¿mágico?) desapareció casi todo lo que me gustaba: el refresco de botellas, el pan con croqueta, la leche condensada, las señoritas que papi traía en bandejas…

Yo recuerdo algunas cosas y otras no. Recuerdo, por ejemplo, que fue un tiempo de desencuentros entre mis padres, que discutían mucho, todos los días. Estuve esperando que se divorciaran, como empezó a ser la norma entonces, pero no lo hicieron. De alguna forma se mantuvieron juntos, por nosotras, por ellos. Echaron mano de lo invisible. Y aguantaron.

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El agua regresó a la tierra

 Después de más de 40 meses de intensa sequía, las aguas superficiales y subterráneas de Ciego de Ávila recobran sus niveles. Las lluvias de los dos últimos meses han beneficiado a los embalses y casi todos los sectores hidrogeológicos del territorio.

La “deuda”, tal y como se ha publicado recientemente, existe solo en el sector hidrogeológico No. Cinco, de la cuenca Norte, que a la llegada del huracán Irma llevaba meses con el nivel en las reservas estáticas y al cierre de octubre disponía de 40,5 millones de metros cúbicos, el 76 por ciento de la capacidad total de almacenaje.  Sigue leyendo El agua regresó a la tierra

Júcaro traicionado por el mar. Nueve instantes

Tomado de Invasor

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La suerte de Palmarito estaba echada desde que los pescadores empezaron a apisonar la orilla para hacer sus casas. Júcaro era un caserío que fue creciendo en los bordes de la “herradura” dibujada en la costa sur de Ciego de Ávila. A la izquierda Palmarito. A la derecha La Pulla. Un kilómetro al norte se acaba el pueblo.

Aunque de vez en cuando bloquearan esa idea, todos allí sabían que un día el mar vendría a recuperar lo que siempre le perteneció.

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Nunca más

descarga-2No puedo recordar cuándo fue. Ya no logro, ni siquiera, dibujar en mi mente su figura con un cigarro en la mano. Mi papá dejó de fumar un día y no le avisó a nadie. Puso la cajetilla encima de un mueble de la cocina y se dispuso a hacer lo mismo que había hecho toda su vida, excepto envenenarse y, de paso, envenenarnos a nosotros.  Sigue leyendo Nunca más

La excepción

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Yo no sé a quién se le ocurrió la idea, ni si fue un intento de jugar a la filatelia sin sellos de correo. Lo que sí sé es que, en medio de la escasez que definió ese tiempo desesperanzado que llamamos Período Especial, de pronto las niñas de la escuela comenzaron a guardar y coleccionar etiquetas de cualquier producto de los que se empezaron a vender en las shopping, una vez que fue legal tener dólares americanos. Sigue leyendo La excepción

De lujos y madres constructoras

rojo Para Daily Sánchez Lemus, una amiga, una madre… que construyó con sus manos a Rojo y Protestón

Hay madres que no lo son. Llevan en el vientre una herida, o en el cuerpo las señas del dolor de parto, pero madres no son.

Hay madres que a la primera dejan al hijo a la buena de Dios, o a la mala, que el mundo ya está bastante jodido como para esperar milagros. Y se  van como si nada. Sin remordimientos. Algo peligroso sucede cuando la gente no tiene remordimientos. Algo definitivo sobrevendrá cuando nadie tenga remordimientos. Sigue leyendo De lujos y madres constructoras

Sambumbia

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No me gusta el café. No me gusta nada de su ritual. No me gusta el sabor amargo, ni ese aparente temor al acercar la taza, como quien tiene miedo de abrasarse con el humeante brebaje. Dicen que eso es lo lindo del café, que ahí está su magia. Pero no me gusta. Prefiero la sambumbia. Sigue leyendo Sambumbia